Autoempleate pero con estilo

Ejerce tu profesión con clase
siendo tu 

Hasta antes de ayer, los leyes del Marketing, nos enseñaban que el quid de la mercadotecnia consistía en  descubrir una necesidad y satisfacerla. Que las mujeres trabajadores necesitábamos teñirnos las canas en casa, por falta de dinero o de tiempo, pues nos ofrecían un producto para teñirnos fácilmente el pelo en casa, que si las mamás trabajadoras  no tenían tiempo para preparar el bocata de pan con chocolate, pues se les ofrecía el Bollycao Y así hasta que que a fuerza de hagalo usted mismo o de grasas saturadas , aprendimos a descifrar las astucias de los inventores y las de sus seguidores en el mercado. Y luego las de sus distribuidores  y como las leyes del marketing se acabaron popularizando y las necesidades satisfaciendo hasta lo innecesario: aprendimos a elegir. Y ahora,  han cambiado las tornas.  Ahora el marketing habla de la experiencia de compra, de la lealtad,  de la corriente de afinidad y simpatía con los valores de marca … Es la consumidora quien elije al fabricante, al distribuidor y quizá al cajero más simpático.  

Y la consumidora esta bien informada, o cree saber lo que le conviene.  Aparentemente el poder ha cambiado de lado: antes el que vendía se dirigía a un determinado público. Los simbolizaba con una diana, y lo consideraba un objetivo al que apuntar.  ahora  es el que compra quien apunta a la diana que más le seduce.  Otra vez Yo. Yo elijo. La  generación I. 

Appel nos sedujo a todos pensando de otra manera, y se convirtió en el abanderado del “Piensa diferente”, algunas hemos tardado más que otros  en CONECTAR y escuchar el mensaje.  Somos diferentes, y el  que pone en valor su diferencia gana.

Lo mismo que ha pasado en el súper o, ahora mercadona pasa en nuestra vida profesional. Ahora para que nos elijan hemos de vestir de domingo a nuestra marca personal

Pero no nos asustemos casi todos los cambios son para bien, y esta innovación sobre el concepto de reputación y prestigio que se fundamenta en la frase resumen del arte de las RRPP, no es más que hacer bien las cosas y hacerlo saber, es un logro de este siglo, en el que no hay excusas para ser autónomas. O independientes.